¿A quién beneficia?

Hoy asistimos al desprestigio del pensamiento y a la divinización del cuerpo ¿A quién beneficia?

Dice Julio González Puente:

“Un ministro del régimen anterior, famoso más que nada por una sonrisa perenne, pronunció aquella frase que desgraciadamente pasó a la historia: “Menos latín y más deporte”… Se trataba de que los niños y adolescentes nos convirtiésemos en atletas, aunque sin nada dentro. Era la actualización mal interpretada del dogma clásico de mens sana in corpore sano. Y así terminamos con el cuerpo sano, a pesar del hambre, y con la mente sin contenido”

No se trata aquí de negar los beneficios para la salud del ejercicio físico, ni de abogar por privilegiar la formación intelectual sobra la física, pero sí de desmontar el actual estado de cosas que demoniza el pensamiento crítico y diviniza el deporte de masas tergiversando y apropiándose del  eslogan de Juvenal. Ocultando al mismo tiempo, el verdadero interés de las múltiples campañas mediáticas: el beneficio económico de un negocio que mueve miles de millones de dólares.

Basta observar las actividades que ocupan el tiempo de jóvenes y no tan jóvenes para comprender el desequilibrio de la balanza que la famosa frase de Juvenal pretendió equilibrada: equilibrio del espíritu y equilibrio del cuerpo para una vida serena.